Una de las razones por las que los precios del carbono son difíciles de aplicar es que pueden suponer altos costos adicionales para los hogares pobres y vulnerables. Como respuesta a esto, los estudios muchas veces destacan que el reciclaje de ingresos mediante transferencias monetarias puede hacer que las reformas de precios del carbono sean progresivas. Esto deja de lado el hecho de que los programas de transferencia monetaria existentes se dirigen a hogares de bajos ingresos, a menudo de manera imperfecta, y que los impactos de un precio del carbono son heterogéneos dentro de los grupos de ingresos. En este estudio analizamos el papel de los programas de transferencia monetaria existentes, buscando aliviar los efectos distributivos de la fijación de precios del carbono en 16 países de América Latina y el Caribe. Constatamos que la fijación de precios del carbono es regresiva en 11 países y progresiva en 5, y mostramos que las diferencias dentro de los grupos de ingresos superan las diferencias entre ellos. Más allá de los gastos totales de los hogares, factores como la posesión de automóvil(es) y el combustible de cocina explican la desviación de los impactos de la fijación de precios del carbono. Demostramos que los hogares más afectados por la fijación de precios del carbono, algunos de ellos pobres, no tienen necesariamente acceso a los programas de transferencia monetaria existentes. Los gobiernos que pretenden compensar a los hogares pueden ampliar la cobertura de los programas de transferencia monetaria existentes o considerar instrumentos complementarios como las transferencias en especie o la eliminación de impuestos distorsionadores existentes.